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Revista IMPACIENTES, Caracas, Venezuela, 11.2011, pág. 15-17 |
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Cuando la risa no da gracia |
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Por Sonia Lloret
La gelotofobia es el miedo a la risa ajena - del griego gelos (risa) y del fobos (miedo)- que aparece cada vez que el individuo escucha el hilarante sonido a su alrededor y piensa que va dirigido a su persona: lo interpreta como una burla. Se calcula que alrededor del 2% de la población padece esta curiosa fobia que conlleva serias dificultades en la vida social.
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Cuándo alguien se ríe a su alrededor -aunque no esté en su propio círculo de conversación - cree que probablemente lo haga de usted? ¿Cree que se mofan y que no lo toman en serio? ¿Esa hilaridad le pone nervioso y considera que la mejor salida es huir?
Si la respuesta a estas preguntas es positiva quizás usted sufra de gelotofobia, un fenómeno específico de la vergüenza que se activa cuando el individuo escucha una risa y de inmediato la asocia con la sensación de hacer el ridículo.
Fue el psicoterapeuta alemán Michael Titze quien acuñó el término de gelotofobia, tras décadas de observaciones clínicas de sus pacientes. Ya en 1996 Titze publicó sus primeras conclusiones y, de la mano del Instituto de Psicología de la Universidad de Zúrich, se ha convertido en el pionero de su abordaje investigativo.
El origen de este miedo social se experimenta en las fases tempranas de la formación de la personalidad. El tipo de socialización y formación son claves. Haber sido objeto de burlas o ridiculizado de forma repetida durante la infancia o la adolescencia, pueden provocar esta fobia que se manifiesta con mayor incidencia en la juventud.
El sarcasmo, los castigos o las comparaciones constantes pueden ser detonantes de este tipo de conducta social, así como también una educación familiar en la que se deposita una excesiva importancia en la respuesta del otro (el que dirán) o en la desconfianza hacia el otro (amigo es el ratón del queso). Todos estos aspectos hacen del niño una persona más vulnerable, insegura, tímida y sensible a las críticas. Por supuesto, los recursos y la vulnerabilidad o no personal, son determinantes para que la persona supere estas descalificaciones o, por el contrario, se conviertan en un trauma con consecuencias futuras. «Los padres y los maestros en el colegio deben además enseñarle al pequeño que la burla - al igual que el insulto, la agresión o el irrespeto- es un contravalor», explica Sophia Behrens, psicóloga y directora de Triada Unidad de Psicología Cognitiva Conductual.
¿CÓMO SE MANIFIESTA?
La risa - en general - siempre es producto de un chiste o un comentario jocoso. Sin embargo, para quien padece de este miedo irracional la convierte en un ataque frontal a su persona; aunque las carcajadas provengan de un individuo que ni siquiera forma parte de su círculo de conversación. Sencillamente, equipara ese sonido a una agresión que, en principio, nada tenía que ver con su contexto inmediato.
El individuo con este tipo de fobia experimenta - como señala Behrens - una distorsión cognitiva del pensamiento, a través de la cual se realiza una errónea interpretación de la realidad que provoca que se activen las alarmas para protegerse. Aparecen los síntomas típicos de la ansiedad: sudoración, mareo, rubor, temblores, dolor de cabeza o preocupación. Siente que no puede controlar la situación y su mejor solución es huir.
En consecuencia, aparecen respuestas como el aislamiento social progresivo o incluso la depresión ante la incapacidad de la interacción social. La evitación se vuelve una rutina del día a día: es preferible no asistir a eventos, reuniones o cualquier hecho social, antes de volver a sufrir ese incómodo y frustrante momento.
La buena noticia es que este tipo de fobias pueden revertirse y para afrontarlas lo fundamental es exponerse a ellas: darles la espalda sólo agrava el problema.
La terapia de la desensibilización sistemática es el mejor método terapéutico para lograr que el paciente reestructure el significado de la risa. «El objetivo es corregir el pensamiento para que el paciente internalice que esa manifestación -la risa- no siempre es producto de la burla a su persona», informa Behrens.
Parte del tratamiento - como explica la doctora - consiste en someter a la persona de forma mental a las situaciones que le producen tensión. «Comienza a imaginarse escenas típicas donde otros se ríen y se trabaja a través de la técnica del contra-condicionamiento: se activa el miedo para provocar una respuesta de relajación».
Esta metodología permite al psicólogo corregir todas las evaluaciones mentales equivocadas para controlar la ansiedad: se le enseña a no salir corriendo. «Este tratamiento es muy efectivo cuando la fobia no está asociada a otro tipo de trastornos como los de personalidad», resalta Behrens.
En pocas sesiones - ocho o diez - se puede revertir la gelotofobia para hacer que la risa deje de ser la mala de la película y se convierta en un motivo de alegría y diversión como siempre ha debido ser.
CONSEJOS PRÁCTICOS
La psicóloga Sophia Behrens recomienda estos tips para desarrollar el autocontrol cuando la risa aparece y los nervios comienzan a aflorar:
- Ante una situación social en la que se manifieste la fobia no hay que huir, lo ideal es intentar quedarse para afrontar el problema.
- La respiración es una de las mejores herramientas para disminuir los niveles de ansiedad. Un curso en técnicas de respiración nunca está de más.
- Es importante saber que las emociones luego de 20 minutos se estabilizan.
- La posposición del pensamiento negativo es otra de las eficaces vías para lograr vencer el miedo irracional a la risa. Dígase y repítase a sí mismo: «Voy a concentrarme en lo que realmente vine a hacer y voy a dejar el tema de la burla para después».
- Focalizar la atención en los aspectos positivos e importantes de la reunión no es una tarea fácil, pero se puede lograr poco a poco.
CUESTIONARIO GElLOTOFÓBICO
Las siguientes preguntas, validadas por la Gelotophobia Assessment and Research Association, permiten descubrir o confirmar de forma rápida si el miedo a la risa ajena forma parte de su día a día:
- ¿Cuando la gente está hablando y riendo se le tensan los músculos y se pone nervioso?
- ¿Evade situaciones sociales con el objetivo de evitar risas y ser ridiculizado?
- ¿Siente que la gente que lo rodea le intimidan?
- ¿Le preocupa que otros piensen que no se involucra con ellos de una manera cálida y amigable?
- ¿Esa sensación de incompetencia en las situaciones sociales le provoca baja autoestima?
- ¿Cree que no tiene sentido del humor?
- ¿Le resulta difícil saber qué decirle a la gente de una manera natural?
- ¿Considera que usted es una persona viva, divertida y amigable?
- ¿Se describiría como espontáneo o más bien una persona rígida?
- ¿Después de un evento social siempre le preocupa que la gente piense que haya hecho el ridículo?¿Cree usted que no hay muchas ocasiones felices en su vida?
- Si la mayoría de sus respuestas son positivas es recomendable buscar ayuda profesional.
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