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Video-presentación para el congreso internacional del Centro-Adleriano en Montevideo, 6.10.2007 |
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Sistema de referencia de la lógica de los afectos |
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Michael Titze |
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La teoría del estilo de vida de Adler integra aspectos que conjugan facetas del pensamiento y la perpepción. Especialmente el fuerte acento de los aspectos racionales y lógicos en la dinámica del estilo de vida", podría interpretarse de que aquí no se trata de una profunda concepción psicológica específica. De todas maneras la diferenciación entre sistemas de referencias del pensamiento privados y sociales de Adler exhibe una fuerte afinidad con los 'procesos primarios' y 'procesos secundarios' de Freud.
El psicoanalista suizo Luc Ciompi investigó estas elementales formas de actuación de la psiquis integrando los resultados de la epistemología genética de Piaget. Ciompi acuñó en esta relación el concepto de "lógica de los afectos", que según mi convicción es completamente compatible con la teoría individual sicológica del estilo de vida. En su libro sobre "Affektlogik" que lo podemos traducir como la Lógica de los afectos, Ciompi llega en esta doble relación a la siguiente deducción:
"La psique es un sistema doble con un polo afectivo y un polo cognitivo que forman un todo inseparable. Con esto los afectos están mas bién relacionados con sucesos materiales y corporales, en cambio las funciones cognitivas se refieren a un proceso intangible, abstracto e intelectual. En esta base se pone de manifiesto de que la 'lógica de los afectos' se desarrolla en forma conjunta y estructurada."
Las explicaciones de Ciompis de la estructura afectiva de la psique muestran coincidencias sorprendentes con la teoría de Alfred Adlers. A continuación quisiera aclarar esto más de cerca. Ya en 1927 Adler postuló dos "sistemas de referencia" diferentes de la percepción, pensamiento y acción. Con esto él se refería a conceptos como "razón", "visión del mundo" o "inteligencia". Estos conceptos él los subsumió bajo la noción central de sentido común o "common sense". Pero ademas Adler describió la dimensión de las operaciones lógicas dentro de este sistema de referencias:
"Tenemos entonces delante de nosotros dos sistemas de referencia: Uno de ellos es lo normal, la media social que contiene toda la lógica y razón mundial. El otro es el sistema de referencia privados que no debe ser identificado con el primero. M Muy a menudo encontramos a hombres que conocen muy bien las fuerzas naturales de su entendimiento así como especialmente el significado del sistema de referencia de la media social, y que hasta tienen la voluntad someterse a ella, mientras por su comportamiento se puede reconocer al mismo tiempo que ellos siguen en realidad un sistema de referencia totalmente diferente".
Adler ve a los sistemas de referencia privados como creaciones de niño, generadas en un estadio genético temprano (primario) en las fases de desarrollo (psíquico) del individuo (ontogénesis).
En esta fase de desarrollo un niño no dispone ni de los símbolos lingüísticos ni de las condiciones lógicas de abstración de operaciones intelectuales "superiores". Por eso el niño tiene que crearse un esquema de apercepción a través de una discusión "privada" con los hechos concretos del medio ambiente que lo rodea. Este esquema de apercepción representa un sistema de orientación temprano: un "prototipo" del estilo de vida más tardío.
Por lo tanto el sistema de referencia primario de un hombre se engendra, crea o produce básicamente desde una visión del mundo infantil, y todo repartido en contrastes, escribe Adler.
Ese agudo esquema y fuerte abstraída apercepción marca una lógica privada, que es mucho mas primitiva que la lógica universal del sentido común (common sense) adquirida en fases mas tardías del desarrollo del individuo (ontogénesis).
La adquisición más primitiva de conocimientos (primarios) está totalmente centrado en la satisfacción de necesidades primarias. El niño aspira de una manera totalmente intuitiva y pre-reflexiva aclarar el problema elemental siguiente: Si este objeto, al cual me vuelvo ahora, sirve o no para cubrir mis necesidades (hambre, sed, calor, cercanía social etc.). En caso de que esta cuestión cardinal pueda ser afirmada, el objeto respectivo se hace acreedor de una señal positiva. Si esta pregunta tiene que ser respondida negativamente, en cambio, el objeto respectivo se hace acreedor de una señal negativa.
La adquisición de conocimientos primaria está signada por un problema de decisión "o esto...o lo otro". O se me presentan el mundo y la vida de una manera buena, agradable y satisfactoria etc. o ellos se muestran en cuanto a mis deseos, necesidades e intereses como malas, desagradables e insuficientes etc.
Se trata aquí de un enfoque de un problema dialéctico totalmente elemental en el cual se trata de la averiguación de contrastes o contrarios antitéticos polares.
Adler acuñó a este respecto la noción esquema de apercepción antitética para calificar con eso exactamente este aspecto de la lógica privada :
"Si queremos entender a los niños, no deberíamos perder de vista el hecho importante de que los niños tienen una fuerte inclinación de repartir todo en contrastes (arriba o abajo, todo bien o todo mal, inteligente o ignorante, superior o inferior, todo o nada). Como sabemos es bastante difícil liberarse de esta forma de pensar; por ejemplo: tomar a lo frío y caliente como contrastes, sin embargo de que a causa de nuestros conocimientos científicos sabemos de que en realidad se trata solamente de dos diferencias de temperatura. De esta manera podemos suponer que las personas que se hicieron la costumbre de partir de forma tajante el mundo en dos contrastes, es que en realidad han mantenido su modo de pensar primaria o infantil."
Cada suceso cognitivo que siga un esquema de apercepción antitética - es decir la tendencia de comprender la realidad en el modo de contrastes tajantes - es necesariamente reduccionista e imprecisa.
Es decir capta solo los polos mas extremos de un continuo, entre una multitud de variantes dispuestas para una determinada cualidad. Tomemos por ejemplo la cualidad de lo templado: Desde el punto de vista científico objetivo este varía en una escala que llega del punto cero absoluto en un lado, hasta los grados de calor cósmicos en el interior de una estrella en el otro lado.
Sólo un recorte pequeño de esta escala está a disposición del acceso empírico del hombre normal, y sin embargo este hombre experimentará un número bien grande de diferencias de temperatura: por ejemplo el calor de una vela encendida comparada con el calor del cuerpo de un animal, o el frío de la nieve comparada con el frío del agua corriente de la canilla. Tan pronto como el hombre ha ejecutado este acto comparativo de temperaturas diferentes, él podrá recurrir a una cantidad más o menos grande de variantes de la señal primitiva "templado" (muy caliente, bastante caliente, caliente, templado, algo frío, frío, muy frío).
Es exactamente este tipo de relativizaciones la que la lógica del pensamiento infantil no puede realizar. Estas posibilidades de variaciones de una cualidad, están fijadas desde el principio a un ámbito de aplicación fijo. Eso significa que las variantes de la temperatura de un cuerpo son frío o caliente. Las variantes de la cualidad rico son, rica o por el contrario de sabor desagradable, o las variantes de la cualidad dureza son: dura o blanda, y así sucesivamente.
La lógica privada pone una base a la tendencia hacia los absolutos. Ella provoca que el objeto del juicio se presenta siempre en el sentido de un llamado principio del Todo o Nada: como portadora de una forma absoluta positiva o negativa de una cualidad. Aquí por consiguiente se trata también de un principio radicalmente simplista, esto reparte o divide la realidad en una dualidad absoluta de la valoración.
En consecuencia de esta reducción, el mundo aparece como repartido o dividido en una parte solamente positiva y una parte negativa. Entre estas ambas áreas no hay básicamente ninguna relación en el sentido de pasos escalonados. El abismo de los contrastes es absoluto.
La absolutización entrelaza y condiciona el sistema primario completo. A este primario sistema de absolutización se les puede atribuir aquellos tipos de juicio que normalmente se los tilda de "subjetivos", "irracional" o también "erróneos". A esto se deben conceptos como la idealización sin reservas o conceptos como la absoluta falta de valor: en el primer caso el objeto esta idealizado como lo más grande, lo más benévolo y virtuoso, en el segundo caso se trata de un absoluto rechazo.
Idealizaciones y desvalorizaciones de hechos reales se encuentran con nosotros en todas partes, en donde el sistema de valorizaciones primario es el punto de partida de valoraciones y juicios. Este es siempre el caso cuando el objeto animado o inanimado "espontáneamente", "intuitivamente" o "por sentimiento" es considerado como positivo o como negativo. Los procesos de juicio semejantes que están retirados básicamente de una reflexión racional consciente, se expresan en el modo de vivencia global. Esto corresponde a una sensación de la simpatía o antipatía, toma o rechazo, la simpatía o el desafecto.
Visto desde la psicología individual se trata de un natural condicionamiento moderado hacia la apercepción tendenciosa.
Desde los primeros días de su infancia, el hombre tiene experiencias con los objetos de "su" mundo. Él constata con ello para qué él puede usar estos objetos, de qué manera y en qué sentido ellos son útiles, y en que forma ellos sirven a sus necesidades e intereses.
Estos objetos se hacen funcionales, volviéndose portadores de aquellas cualidades que el niño ha constatado en su respectivo trato pragmático con ellos. Mientras más avanza en la adquisición de conocimientos en el curso del desarrollo primario, más voluminosa será la cantidad de las cualidades que un objeto único portará. Y mientras en más ocasiones el hombre que va creciendo se encuentre confrontado con experiencias prácticas con el objeto, tanto más a menudo él podrá constatar que objetos totalmente diferentes pueden ser portadores de la misma cualidad.
Como portadores de una misma cualidad estos objetos se remiten mutuamente uno a otro. Ellos están ligados uno con otro en cuanto a aquella clase, aquella categoría, a aquel tipo que es calificado por la cualidad respectiva.
Forma parte de una fundamental capacidad lógica del pensamiento humano, que a causa de cualidades determinadas de los que son portadores objetos concretos únicos, el de colocar en una categoría o típica relación o referencia, a otros objetos que son portadores de la misma cualidad. Esta referenciación es creada a causa de una identidad funcional, provocando un parecido o respectivamente un parentesco de los objetos respectivos. Se trata entonces de una relación abstracta, no de una relación concreta.
Este paso de abstracción no es de preferencia para la lógica privada. Ella no constata ninguna afinidad funcional en forma firme allá dónde dos objetos distintos son portantes de cualidades iguales, ello derivará solamente una relación de parecido.
Mas bién se constatará una identidad de los objetos respectivos. Esta forma de deducción lógica se la califica de "Abduktion", entendiendo como abducción: el proceso en el cual una hipótesis aclaratoria es formada.
Ella marca, de una manera bastante marcada o pronunciada, todos los procesos cognitivos que siguen la lógica privada.
Esto es aplicable en primer lugar al pensamiento y el comprender del niño pequeño, que aún no puede recurrir a los principios lógicos "superiores" de un sistema de relacionamiento secundario. Pero las personas adultas que por razones de enfermedad tienen una fuerte referencia con su Sistema de referencia primario (en la profunda psicología esto es calificado como una "regresión"), se sirven de una manera inequívoca de la abducción. Esto es exacto particularmente para procesos cognitivos en pacientes esquizofrénicos, es demostrable también en principio sin embargo en casos de neurosis.
Procesos abductivos pueden ser demostrados también en miembros de culturas asentadas en un escalón de desarrollo relativamente primitivo. Sigue una cita de Adler:
"También en el pensamiento de hombres primitivos y filósofos antiguos encontramos siempre la necesidad, de expresar fuertes nociones en anti-tesis y de tratarlas como oposiciones o contrarios. A menudo creen estos hombres, que a la izquierda y a la derecha, hirviendo y frío, fácil y difícil, débil y fuerte son contrarios u opuestos. Desde punto de vista científico ellos no son oposiciones, sino diferencias".
Por ejemplo, el célebre psicólogo Jean Piaget informa sobre procesos abductivos en el pensamiento infantil: Un niño de 30 meses cuyo abuelo solía ponerse siempre trajes negros, preguntó a su padre cuando él vió a éste por primera vez también vestido de negro: "¿Eres aún mi padre o eres el abuelo?" La cualidad de estar vestido de negro marcaba al abuelo de forma manifiesta. Después que el padre se había hecho ahora igualmente el portador de esta cualidad, él tenía, modo pars por toto, igualmente parte de identidad del abuelo.
El psicólogo de desarrollo Heinz Werner informa de un niño de 4 años que tenía gran miedo a arañas: Un día se le quedó un pelo pegado a la mano. Lleno de miedo el niño corrió a su madre para preguntar si los cabellos lo morderían. Aquí el "parecido a las arañas" que representó la forma del cabello, disparó la situación de miedo representada normalmente para él como "la peligrosa araña en su tela" (señales distintivas de esta cualidad). Dado que los cabellos eran ahora igualmente portantes de esas cualidades, estaba también "cualificada" como para ser dispararador de la situación de miedo.
Otro ejemplo famoso lo encontramos citado a menudo por el psiquiatra de von Domarus:
Un paciente esquizofrénico era de la fuerte convicción que Jesús, cigarros y sexo eran idénticos. Esto parecía incomprensible, hasta que resultó finalmente, que estos objetos y las respectivamente nociones eran portantes de la señal "estar rodeado" en los ojos del paciente. La cabeza de Jesús está rodeada por la aureola, el cigarro de un precinto y la mujer por la mirada deseosa del hombre.
Von Domarus presentó los primeros trabajos considerables de la lógica del pensamiento abductivo, de manera que, en apreciación de sus resultados, de vez en cuando se habla de un principio de Domarus.
Los desarrollos cognitivos, que son eficaces en el marco del llamado por Adler "sistema de referencia del medio social", siguen principios universalmente válidos y con eso a regulados principios lógicos. Adler pone una relación expresa en esta relación con el del common sense o sentido común. Estos son, en el caso de nuestra cultura, los principios lógicos aristotélicos que construyen según Adler "la sensatez mundial". En consecuencia puede ser constatada una tendencia fundamental en esta relación de una relativización de las ponderaciones o consideraciones y una objetivación de los juicios.
Este tipo de la lógica "superior" es procurado, por el niño en crecimiento, en fases comparativamente más tardías, es decir en una etapa de su desarrollo temporalmente secundaria (ontogénesis), en el marco de su socialización. Esta es una condición para las operaciones lógicas que son mucho menos "primitivas que aquellas operaciones lógicas que son ejecutados en el marco del sistema de referencia primario.
Por último se provoca también la condición para una descentralización en la lógica privada marcada por el "Yo". Esta descentralización posibilita actividades "imparciales" y prosociales que constituyen el Compañerismo o sentimiento de comunidad.
Es decir que el sistema de Sistema de referencias secundario se construye como consecuencia de un proceso de adquisición de conocimientos social. Está en una relación funcional estrecha con el sistema universal de la lengua social. Sigue una cita de Adler:
"Uno no puede dejar de pensar, ante una aparición como es la del lenguaje, en la noción de la validez general, lo que indica a lo que ella tiene su origen en la vida social del hombre. El pensamiento lógico es posible sólo bajo la condición del uso del lenguaje, que nos permite, a través de la posibilidad de generar conceptos, efectuar "distinciones" y crear "nociones" que no son de propiedad privada, sino un bien común".
El sistema estructurado de reglas gramaticales, sintácticas, semánticas y entonativas de la lengua puede ser tomado en general como el Paradigma del sistema de Esquema de Referencias secundario.
Reglas nacen básicamente en la base de abstracciones y generalizaciones de la realidad concreta dada directamente. La capacidad de un análisis del "mundo natural está entonces condicionada a elementos artificiales, que en la institución de símbolos abstractos como códigos especificos de una cultura específica pueden encontrar un uso. Este es el criterio decisivo para su diferenciación frente al sistema de esquemas de referencias primario.
En segundo lugar el secundario se distingue del sistema de referencia primario, en que es básicamente accesible en gran parte sin que tengan lugar sentimientos y mediante una reflexión consciente. En esta relación se hace muy clara la afinidad de la teoría psicoanalítica de los procesos primarios y los secundarios.
Pues el contraste ficticio de las maneras funcionales síquicas puede también poner en paralelo del contraste entre el principio de ganas y principio de realidad y con eso a la dicotomía del inconsciente afectivo por uno lado y el consciente racional por el otro.
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